Paratraducción: la noción clave de la Escuela de Vigo

 

Paratraducción: ¿un nuevo producto en el catálogo de los conceptos traductológicos?

Para empezar a responder a la pregunta retórica del título, digamos que el término traductológico de paratraducción es mucho más que un concepto, es decir mucha más que una idea que concibe la traducción o una forma de entendimiento de lo que traducir significa. Paratraducción es, más bien, toda una noción, es decir, el conocimiento elemental o, mejor dicho, la toma de conciencia de un hecho traductológico que siempre ha estado ahí: la suma importancia que tiene la paratextualidad en el proceso de traducción tanto en la lectura e interpretación del texto de partida como en la edición final de la escritura, redacción y composición del texto de llegada. La palabra «paratraducción» surgió en mi despacho durante el curso académico 2004-2005 mientras dirigía la tesis doctoral de mi doctorando Xoán Manuel Garrido Vilariño y, tras la lectura y defensa de la misma ante un tribunal internacional. Con ese neologismo nombramos y fundamos en 2005 el Grupo de Investigación Traducción & Paratraducción (T&P) de la Universidade de Vigo (UVigo). Un grupo de investigación que, desde entonces hasta hoy, se ha convertido en un grupo de investigación único en todo el sistema universitario español por tres razones:

En el Grupo T&procuramos que todas nuestras actividades complementen los tres ejes esenciales de toda vida universitaria que se precie: docencia (MTCI), investigación (Doctorado T&P) y profesión (Título Propio de ETIV). Todo un árbol de tres ramas con sus tres copas diferentes, tres espacios de trabajo universitario con sus correspondientes webs, que salen del mismo tronco enraizado en la misma noción de la que todo surgió: paratraduccion.com

Tras 18 años de producción científica del Grupo T&P, el término traductológico de paratraducción alcanzó su consagración con la publicación, en diciembre de 2022, de todo un número dedicado a la noción de paratraducción en la revista Meta, la revista de Excelencia A + en los Estudios de Traducción. El vol. 67 n.º 3 de Meta, dirigido por José Yuste Frías, se empezó a difundir el 7 de julio de 2023 y el título propuesto por el director fue, muy precisamente, De la pratraduction / On paratranslation.

Del paratexto a la paratraducción

La noción de paratraducción no pretende ser ni un «paradigma» ni un «producto» más que se oferta como «nuevo» dentro del catálogo de conceptos traductológicos que se ha ido forjando en las últimas décadas dentro del «mercado» universitario de la traductología, sino que con ella la Escuela de Vigo pretende más bien dibujar una área paradigmática idónea con vistas a una auténtica renovación del eterno dilema entre teoría universitaria, por un lado, y práctica profesional de la traducción, por otro. Tal pretensión implica, inexorablemente, una apertura epistemológica que permita contemplar las nuevas perspectivas teóricas, didácticas y profesionales que la noción de paratraducción ofrece cuando no se la circunscribe a un marco prefijado de antemano: los paratextos. Por supuesto que hay afinidad entre traducción y paratextualidad, pero, si bien es cierto que el objeto de estudio del Grupo de Investigación Traducción & Paratraducción (T&P) son los paratextos, definir la noción de paratraducción como, simplemente, el nuevo término traductológico creado en la Universidade de Vigo para hacer referencia a «los paratextos en traducción» o a «la traducción de los paratextos» no es suficiente y resultaría un aporte muy pobre para la traductología. Tan sólo supondría una simple ampliación del corpus objeto de la mirada traductológica típica de monografías con títulos tan generalistas y amplios como «Traducción y paratextos» o «Paratextos y traducción» en las que no se llega a proponer una nueva corriente teórica traductológica que realmente pueda ser aplicable al ejercicio cotidiano de la traducción y la interpretación profesionales.

La noción de paratraducción fue creada para analizar, desde un principio, el espacio y el tiempo de traducción de todo paratexto que rodea, envuelve, acompaña, introduce, presenta y prolonga el texto que hay que traducir y el texto ya traducido con el fin de asegurar en el mundo de la edición la existencia, la recepción y el consumo de la traducción no solamente bajo la forma de libro traducido, sino también, y sobre todo, bajo cualquier otra forma de producción editorial traducida en pantalla. En la era digital de la información, los profesionales de la traducción somos cada día más conscientes de que la concepción y regulación de sentido de cualquier texto editado en papel o en pantalla varía en función de sus paratextos, es decir, en función de un determinado conjunto de unidades verbales, icónicas, entidades iconotextuales o diferentes producciones materiales que al mismo tiempo que presentan e introducen el texto, dentro del espacio material del texto, lo rodean, lo envuelven o lo acompañan (los peritextos) y, fuera del espacio material del texto, hacen referencia a él prolongándolo en otros espacios externos físicos y sociales virtualmente ilimitados (los epitextos).

Traducir desde la paratraducción implica empezar a plantearse, muy seriamente, que las nuevas producciones paratextuales presentes en los nuevos encargos de traducción en papel y en pantalla exigen una nueva forma de traducir: la «paratraducción». El estudio pormenorizado de las entidades iconotextuales, el mínimo análisis de las producciones verbales, icónicas, verbo-icónicas y materiales que rodean, envuelven, acompañan, introducen, presentan y prolongan el texto de partida y el texto de llegada de un encargo de traducción impusieron en 2005 la creación de la nueva noción de paratraducción en el seno del Grupo T&P. Se necesitaba un nuevo término traductológico para llamar la atención sobre cómo traducir lo que, hasta entonces, se había quedado en un segundo plano en traductología: los paratextos.

La imagen en –y de la– traducción

Antes de que los paratextos fueran objeto de estudio en traducción, las reflexiones que sobre la noción de paratexto fueron realizadas durante el siglo pasado se centraron, casi exclusivamente, en el lenguaje verbal de la obra literaria olvidando por completo la dimensión icónica de los documentos que se editan en papel y pantalla hoy en día. En la era digital de la lectura y de la traducción, el paratexto icónico juega un papel esencial y protagonista porque ya no es sólo parte integrante del texto sino que construye el escenario, el ambiente, la atmósfera en el que texto será leído y traducido. Por lo tanto, la imagen nunca puede quedarse al margen de la traducción ya que, al contrario de lo que suele pensarse, la imagen no es universal.

El mínimo detalle de una imagen puede llevar a diferentes lecturas e interpretaciones según haya sido la construcción paratextual finalmente editada en la lengua y cultura de llegada. Por mucho que se traduzca bien los textos, si, por ejemplo, en la edición final de la información médica que va dirigida a un público alófono o en la presentación final de cualquier producto de consumo que se quiere exportar, los paratextos icónicos no han pasado por la mirada del traductor, sujeto que traduce y primer agente paratraductor, la calidad de comunicación puede sufrir graves problemas de lectura e interpretación. Máxime cuando se trata de traducir e interpretar en medio social para mujeres embarazadas inmigrantes.

Traducir la imagen es hacer paratraducción. Cuando, desde la perspectiva teórica de la noción de paratraducción, se empieza a mirar lo que hasta entonces sólo se veía, de repente, aparecen, cual epifanías, revelaciones de sentido en los lugares más insospechados porque, por fin, se empieza a cultivar la mirada del traductor. Es el caso de la lectura, interpretación y paratraducción de la imagen del logotipo Carrefour: gracias a la paratraducción se descubre que para-traducir las flechas del logotipo Carrefour los publicistas brasileños hicieron alarde de una gran creatividad; con ayuda de la paratraducción se llega a entender cómo para-traducir los colores del logotipo Carrefour hay que tener en cuenta la geolocalización del mismo porque cada color se vive de una forma diferente en cada cultura; sin la paratraducción resulta imposible fijarse en el detalle paratextual del juego óptico de hacer aparecer la letra «C» en el centro de un logotipo Carrefour

La lectura, interpretación y paratraducción del peritexto icónico de la imagen del logotipo Carrefour ayuda a entender mucho mejor el texto del mismo. Quien traduce e interpreta de manera profesional sabe que la palabra «Carrefour» en francés tiene un muy determinado significado y, por consiguiente, las imágenes mentales de quien pronuncia a la francesa el nombre de la multinacional francesa, el texto del logotipo CARREFOUR, no son las mismas que cuando se pronuncia a la española. A pronunciación diferente del verbo, imaginarios diferentes de la imagen.

La suma importancia paratextual de la especificidad de la imagen y todo lo que implica en la comunicación visual contemporánea, es decir, la preponderancia de lo no verbal frente a lo verbal, impone inexorablemente la necesidad de una sólida formación universitaria en la lectura e interpretación de la imagen en traducción. Como todavía se sigue creyendo que la imagen de un gesto no es más que un dato visual más que no tiene por qué interesar al proceso de la traducción, un gesto tan anodino para un francés como es levantar el dedo pulgar para significar una pausa en los juegos infantiles, puede adquirir un sentido muy diferente en otras culturas porque editores y traductores se han empeñado durante más de cincuenta años en dejarlo de lado en todas las traducciones editadas de Astérix en Hispanie.

Porque no es lo mismo simbolismo que simbología, el traductor convertido en el primero y mejor paratraductor posible debe saber que la representación de la imagen del pulgar adquiere sentidos diferentes no sólo según las lenguas y culturas, sino también según el momento histórico de la civilización en cuestión.

Máxime en la era de la globalización dominada por el monollingüismo anglófono imperante que sigue desplegando el imperialismo cultural estadounidense con sus erróneas lecturas, interpretaciones y paratraducciones particulares del gesto del pulgar levantado de los gladiadores durante la Antigüedad greco-romana. El daño cultural que ha hecho la época dorada de los péplums de las producciones de Hollywood al imaginario europeo sigue vigente con el uso de la simbología del pulgar que hace Facebook

Si no queremos tardar otros 50 años en averiguar el sentido de la simbología francesa y francófona del pulgar levantado para-traducir la imagen de Astérix en Hispanie en la que aparece el gesto que lo representa, es hora de que la investigación sobre el símbolo y la  imagen en traducción sea tenida mucho más en cuenta. Dado que la noción de paratraducción del Doctorado T&P de la Universidade de Vigo constituye una excelente herramienta metodológica para-traducir cualquier elemento paratextual, lo primero que debe quedar muy claro es que, de la misma forma que un paratexto no es un texto (puede ser verbal pero sigue siendo paratexto y no texto), la imagen (paratexto icónico) no es un texto, como el símbolo tampoco es un signo. En traducción, el símbolo no es un tipo de signo particular sino el efecto de una estrategia textual: el traductor comprende los signos e interpreta los símbolos. El valor simbólico de los elementos paratextuales juega un papel esencial a la hora de aprehender el sentido de lo que hay que traducir.

Aplicando correctamente, de forma científica y altamente provechosa, la noción de paratraducción en los procesos de traducción de la era digital, se debería empezar toda investigación sobre el símbolo y la imagen por responder a preguntas sobre la paratextualiad en traducción que plantearan serias reflexiones investigadoras como estas:

  • ¿En una obra editada con profusión de imágenes (fijas y/o en movimiento) o de sonidos (música y canciones) qué es texto y qué paratexto?; ¿resultaría legítimo postular un límite entre un texto central, por una parte, y una periferia paratextual, por otro?
  • ¿Cuando el traductor se enfrenta a encargos de traducción en el que todas las páginas aparecen dominadas por la presencia mayoritaria de la imagen (traducción publicitaria, traducción de cómics, traducción de libros infantiles) frente a la exigua presencia de lo verbal, reducida a una, dos o, como mucho, tres líneas de texto, dónde está el centro –texto– y dónde la periferia –paratexto–?
  • ¿La tipografía de un texto, es decir, la imagen de las letras, acaso no constituye un elemento paratextual que debería tenerse muy en cuenta ya que de una tipografía correcta depende siempre la legibilidad, la comprensión y hasta la propia interpretación del sentido del propio texto?

Todas las respuestas a estas preguntas dependen del grado de comprensión de la importancia crucial de la noción de paratraducción ya que su aplicación práctica supone, para el traductor, empezar a estar mucho más atento a los dispositivos y producciones icónicas, verbo-icónicas, entidades iconotextuales que terminarán presentando, introduciendo, rodeando, acompañando y prolongando su traducción. Porque en el Grupo T&P hemos comprobado, una y otra vez, que el conjunto de los diferenes tipos de paratextos icónicos finalmente editados conformarán la imagen de la traducción, no cesamos de propugnar que el traductor tenga voz (y voto) a la hora de decidir qué tipo de paratextualidad icónica hará vivir el texto que le han encargado traducir: un texto de partida que el traductor ha podido leer, comprender e interpretar siempre gracias a los paratextos editados en el documento de partida. 

Leer para-traducir

Gracias a la noción de paratraducción que considera imprescindibles la lectura, el estudio y el análisis de los paratextos que se van traducir, el texto fuente cobrará vida en el texto meta, una vez editado, porque se habrá aplicado por parte de un ser humano (y jamás por parte de una máquina) ese doble protocolo que fundamenta todo contrato/pacto de lectura y que la traducción automática difícilmente podrá aprehender algún día por muy alimentada que tenga su memoria de traducción: por un lado, el protocolo del autor, esencialmente enunciativo, y, por otro, el protocolo del editor del texto, esencialmente tipográfico, entendido como una serie de instrucciones de lectura, provocando en el lector-traductor la puesta al día de todas sus competencias lingüísticas y culturales en una lengua A y una lengua B con vistas a realizar las operaciones cognitivas pertinentes que permitan no sólo comprender e interpretar el texto fuente, sino también, y sobre todo, redactar correctamente el texto meta. En los tiempos de automatización generalizada de los procesos de traducción y de industrialización global de los productos de traducción que vivimos, es necesario insistir en el hecho irrefutable de que ninguna memoria de traducción, ninguna máquina, es capaz de realizar lo que sólo puede hacer la memoria del traductor ayudada de la razón e imaginación humanas cultivadas y actualizadas en cada pacto/contrato de lectura.

Porque la esencia de la comunicación humana se base en la transacción de sentido, los traductores no traducimos palabras ni lenguas, sino textos. Las palabras tienen significados, los textos sentido. El sentido es siempre el resultado de una estrategia textual que, única y exclusivamente, una atenta y humana lectura intensiva puede llegar a construir si se es consciente de la importancia de toda la paratextualidad que acompaña, rodea, envuelve, introduce, presenta y prolonga el texto que se manda traducir. Se entiende, se comprende, se interpreta y se vive un texto a medida que uno va leyéndolo y releyéndolo de forma metódica, integral, sensual y placentera gracias a sus paratextos. La lectura es el principio y el fin de toda traducción. Traducir es la manera más perfecta y más completa de leer textos. Leer y traducir textos es leer para traducir otros textos. Traducir no es más que leer un texto ya existente en una lengua con la finalidad muy específica de reescribirlo en otra lengua, la lectura de textos no sólo precede a la escritura de textos en traducción sino que también procede de ella. Ahora bien, la noción de paratraducción ha sido creada para recordar que sin paratextualidad la lectura es imposible

Los tres niveles de la paratraducción

A lo largo de estos últimos años, tal y como teorizamos la paratraducción en la Universidade de Vigo desde que creamos el Grupo y el Programa Doctoral T&P en 2005, el nuevo término traductológico ha ido encontrando su aplicación metodológica en tres niveles:

  1. Un nivel empírico que es el nivel paratraductivo propiamente hablando. En este nivel se recopila, se analiza, se lee, se comprende, se interpreta y se paratraduce todas y cada una de las producciones paratextuales del texto de partida, por un lado, y las editadas en el texto de llegada, por otro. Se tiene en cuenta tanto las producciones paratextuales puramente verbales (es decir las provenientes del código lingüístico) presentes en el soporte físico, como, sobre todo, las no verbales (provenientes de códigos semióticos como el visual [imagen] y el auditivo [sonido]) también presentes en el soporte físico (peritextos), así como las producciones paratextuales materiales fuera del soporte físico (epitextos) no sólo del texto de partida sino también del texto de llegada editados en papel o en pantalla. Todo ello requiere preparar al traductor profesional en adquirir estrategias de traducción diferentes a las que está acostumbrado a usar cuando trabaja con los signos lingüísticos de los textos, ya que cuando se trabaja con paratextos se trabaja también con símbolos e imágenes y no sólo con signos lingüísticos. 
  2. Un nivel sociológico que nos gusta llamar el nivel protraductivo. En este nivel se trata de estudiar el comportamiento paratraductivo de la multitud de agentes paratraductores que, junto al primer y principal agente paratraductor por antonomasia (el propio traductor), intervienen en el proceso traductivo. Se mira con lupa las normas que aplican los agentes paratraductores en cada una de las fases de un encargo de traducción, el habitus que los guía en sus procedimientos, la relación que tienen y el diálogo que establecen con el cliente y las instituciones (públicas y/o privadas) que inician el proceso de traducción. Todo ello con vistas a afirmar, gracias a la noción de paratraducción, una mayor visibilidad del traductor –como segundo autor que es– animando a editar  su nombre y apellidos, perfectamente legibles, no sólo en la página de derechos, sino también en la portada y hasta –¿por qué no?– en la cubierta de la edición en papel de su traducción o cuando, en pantalla, desfilan los títulos de crédito de cualquier producción audiovisual o multimedia traducidas por él y no por un programa de traducción automática.
  3. Un nivel discursivo que llamamos el nivel metatraductivo. En este nivel se trata de reflexionar sobre los discursos que sobre la traducción guían su funcionamiento, la conceptualizan y, sobre todo, aseguran su papel en la sociedad. ¿Cómo se concibe la traducción… qué significa traducir… qué nombre exacto recibe el acto de traducir en cada lengua y por qué? ¡Teoría de la traducción por activa y por pasiva! Porque no es lo mismo cruzar el paso de un puente que franquear el umbral de una puerta, la noción de «paratraducción» (fiel a  la etimología y al sentido del prefijo griego «para-») abre nuevas perspectivas teóricas, didácticas y profesionales en traductología invitando a reflexionar sobre todo lo que sucede en los márgenes, al margen del proceso traductor, en los umbrales de la traducción (aux seuils du traduire). En efecto, el pensamiento liminar es central para pensar la traducción (pensar en y desde los márgenes de la traducción, al margen de la traducción) y a la inversa, ya que, contrariamente a lo que suele pensarse, la traducción no es sólo mera transferencia o paso de una lengua a otra. La traducción ofrece siempre primero la experiencia liminar del umbral para luego ilustrar la del pasoAl revalorizar el umbral y desmarginalizar el margen en traducción, la noción de paratraducción instaura esa experiencia liminar del umbral demasiadas veces olvidada en la concepción de la traducción concebida, sólo y exclusivamente, como puente, paso, transferencia, desplazamiento o circulación entre lenguas y culturas. 

Evidentemente no es nada nuevo estudiar estos fenómenos. Por supuesto que los investigadores del Grupo T&P no hemos reinventado la rueda, pero llevamos años echándola a rodar como nunca lo hizo antes por caminos de investigación en traducción e interpretación todavía no explorados.

La novedad de pensar la paratraducción reside en intentar describir lo que une los tres niveles anteriormente mencionados, con el fin de estructurar un posicionamiento metodológico común situado en la periferia de la traducción, concretamente en los umbrales de la traducción o, dicho de otro modo, en los márgenes de la traducción, y, sobre todo, al margen de la traducción, siempre atento a todo lo que influye o determina el proceso de traducción y que escapa a los esquemas tradicionales de lectura adaptados por la traductología tradicional basada en el texto traducido olvidando, con demasiada frecuencia, la paratextualidad tanto del texto de partida como del texto de llegada.

La mirada paratraductológica que queremos dar desde la Escuela de Vigo afirmaría lo siguiente: siempre hay unos márgenes en los textos, activos en tres niveles diferentes que participan plenamente en el proceso de traducción. 

Por otra parte, la motivación epistemológica de la noción de paratraducción está relacionada con la naturaleza del propio acto traductivo al encontrar su legitimidad en un estatus situado al margen del original, sin que ello implique, en absoluto, ninguna inferioridad a no ser que, deliberadamente, se decida así.

TRANSLATIO vs. TRADUCTIO

Resulta fundamental empezar a desmarginalizar el margen en los procesos traducidos. La novedad de la noción de paratraducción en traductología radica en aceptar, de una vez por todas, el pensamiento liminar que permita crear una ética del umbral para guiar la práctica traductiva como fuerza transformadora de la realidad. Saber quedarse en el umbral sin hacer de él un mero preliminar del paso, de la transferencia, del desplazamiento de una lengua a otra, de una cultura a otra. Porque la espera no define el umbral como tampoco la función, el skopos o el querer decir nada dicen sobre la verdad del traducir. Estos últimos términos de la teoría funcionalista, tan traídos, por activa y por pasiva, en el mercado de la didáctica de la traducción, han sido, son y seguirán siendo útiles, quizás, para fines pedagógicos, pero no dicen nada sobre la naturaleza del fenómeno de traducir.

Gracias a la noción de paratraducción, el traductor_intérprete que, en una mediación social, por ejemplo, debe traducir e interpretar la lengua y la cultura del Otro que se acoge —el sujeto migrante alófono—, se encuentra con un espacio creado por la experiencia liminar del umbral en el que no sólo no cederá totalmente al/a lo extranjero, sino que tampoco impondrá totalmente las costumbres lingüísticas y culturales del Uno que acoge —el proveedor de servicios. Gracias a la noción de paratraducción, se puede empezar a ser consciente de que las actividades profesionales de la traducción y la interpretación en mediación social —tan necesarias para la comunicación del migrante alófono con los proveedores de los servicios públicos de sanidad, educación y justicia del país que los acoge— debe vivirse como una auténtica experiencia liminar en la que el umbral se convierte en encrucijada donde se reencuentran y dialogan las múltiples pertenencias de la identidad de Uno con las de la identidad del Otro.

En el Grupo T&P enseñamos a traducir para reunir lenguas y culturas diferentes, procurando mantener intactas e íntegras las respectivas pertenencias de sus identidades propias a la hora de gestionar la diversidad. La traducción y la interpretación son siempre confrontación, diálogo con el otro y no su asimilación, su integración o su rechazo. Traducir e interpretar lo público no es acoger al extranjero quitándole toda marca de alteridad presente en cada una de las pertenencias que definen su identidad. En todo proceso de mediación entre culturas que se precie, siempre implícito en cualquier encargo de Traducción e Interpretación en Medio Social (TIMS), no se trata de asimilar, integrar o rechazar la cultura del sujeto migrante alófono sino de traducir e interpretar esa misma cultura, y no otra, entre dos o más identidades. Desde altas instancias institucionales, políticas y sociales, muchos son los que todavía hoy piensan que traducir e interpretar es acoger al extranjero quitándole toda posible marca de extranjería. Al contrario, traducir e interpretar al otro es poder escuchar en nuestra propia lengua la lengua del otro y dejar entrar en ella todo lo extranjero porque el libre acceso global permite un mayor enriquecimiento de la identidad del sujeto al aumentar considerablemente sus posibilidades de expresión.

El lugar que ocupa en un país el profesional de la TIMS depende del tipo de acogida pública que se ofrece al migrante alófono en los servicios públicos. Es importante recordar que no basta con traducir e interpretar la lengua del migrante, por un lado, y la del proveedor de servicios, por otro. El servicio público nunca puede ignorar que toda lengua vehicula siempre una «identidad cultural». Los problemas de comunicación en los servicios públicos surgen, precisamente, cuando se ignora la cultura de uno u otro, cuando el etnocentrismo y el rechazo o el miedo a lo diferente proyecta, sobre el Uno y el Otro, representaciones estereotipadas tan ilegítimas como falsas que alimentan los discursos identitarios más extremistas y xenófobos. Tampoco se trata de que el Servicio Público anteponga los elementos culturales del uno o el otro a cualquier otro aspecto en los procesos de comunicación entre culturas, ya que lo cultural, cuando no se traduce ni interpreta debida y correctamente, puede llegar a funcionar como una barrera infranqueable a la hora de tomar la palabra. El Servicio Público de un Estado debe ser consciente de que el encuentro entre culturas en el espacio público es tan inevitable como necesario hoy más que nunca, ya que la mundialización, acelerada por las nuevas tecnologías, ha provocado que aumenten exponencialmente tanto los intercambios comerciales y culturales como las nuevas oleadas migratorias. Desgraciadamente los gobiernos olvidan que jamás puede haber encuentro entre culturas si los servicios públicos no cuentan, en los procesos de mediación social, con traductores e intérpretes profesionales que ayuden a practicar una auténtica comunicación transcultural.

Desde la perspectiva de instauración del nuevo pensamiento liminar en traducción que practicamos en el Grupo T&P, la noción de paratraducción recuerda, en la era digital de la traducción automática y las memorias de traducción, que la traducción no es sólo translatio sino también, y sobre todo, traductio. Experimentar las sensaciones que procura la experiencia del umbral en los márgenes del texto invita a una forma de traducción que no consista sólo en una pura y aséptica translatio, en una mera transferencia mecánica de una lengua-cultura a otra, un mero transporte de contenidos vertidos de una lengua-cultura a otra, sino, más bien, en un auténtico desplazamiento desde los márgenes.

Quien traduce siempre vive, primero, en la fase de lectura, la experiencia liminar de los umbrales y los márgenes del texto que tiene que traducir (traductio), antes de decidir cualquier transferencia, traslado, paso o circulación de sentido del mismo (translatio). La translatio describe más bien un proceso «pasivo», casi mecánico, que se ha llevado a cabo de forma colectiva y donde la invisibilidad del traductor lo condena al mayor de los anonimatos; la traductio describe, en cambio, un proceso «activo», siempre creativo, que implica siempre una responsabilidad individual en la tarea de traducir porque quien lleva a cabo el proceso singular de traducir un texto siempre tiene nombre y apellidos, los de la persona que ha accedido al texto de partida y que, antes de redactar su traducción, lo ha podido leer (comprender e interpretar) gracias a todos sus paratextos.

En todas las investigaciones del Grupo T&Plas implicaciones ideológicas presentes en el díptico translatio traductio son esenciales porque, en realidad, estas dos palabras latinas nos hablan no sólo de la historia de la traducción sino también, y sobre todo, de nuestra propia historicidad como traductores. Téngase en cuenta que la palabra traductio no aparece en las lenguas románicas hasta el siglo XVI, mientras que la palabra translatio ya era conocida desde la antigüedad latina. Hoy en día, la translatio es más bien un «efecto» del proceso de toda una maquinaria de la industria de la traducción perfectamente engrasada por las traducciones automáticas alimentadas con las bases de datos de las memorias de traducción, mientras que la traductio se entiende, ante todo, como una «acción» de una muy determinada persona que no es sólo un mero eslabón más de los controles de calidad de la cadena productiva de comunicación multilingüe, sino, ante todo, un ser humano con razón, memoria e imaginación propias. La translatio propugna la communio porque su objetivo primordial reside en alcanzar una identidad común que borre las diferentes identidades, mientras que en la traductio quien ordena y manda es la communicatio porque lo que se pretende es colmar la necesidad de dar y recibir, de intercambiar, trocar ya sea mercancías, bienes o mensajes, más allá de cualquier límite o frontera. «Cultura común» (translatio) frente a «culturas en común» (traductio).

Desde la perspectiva de la paratraducción, la traductio no sólo empieza siempre por los márgenes sino que se encuentra en los márgenes del texto, de hecho, la traducción está siempre al margen porque traducir implica, inevitablemente, vivir la ambigüedad del margen, la indecisión que se instaura siempre entre una lengua-cultura y otra, entre el aquí y el allí, entre el texto de partida y el texto de llegada.

T&P: ningún elefante sin su cornaca

La imperiosa necesidad de investigar sobre la paratextualidad en traducción que se está impulsando desde el Grupo de Investigación T&P de la Universidade de Vigo no se justifica, sólo y exclusivamente, porque los paratextos puedan jugar o no un papel importante en la comprensión e interpretación de los textos. Lo que se quiere destacar es mucho más crucial que dicha perogrullada. Se quiere insistir en que la correcta edición final de los paratextos en traducción resulta ser de vital importancia para la propia existencia de los textos traducidos. Desde el Grupo T&P hemos repetido, hasta la saciedad, que la función esencial de los paratextos en traducción es hacer posible la existencia del texto traducido al que acompañan, rodean, envuelven, introducen, presentan y prolongan en el mundo editorial (ya sea en papel o en pantalla). Cuando se dice que «el texto no puede existir por sí solo», no se hace referencia en absoluto al «contexto» o a la «situación comunicativa» presentes, obviamente, en todo acto de cultura siempre implícito en la traducción. Se quiere decir, simple y llanamente, que no puede haber texto traducido sin sus correspondientes paratextos paratraducidos. La Escuela de Vigo insiste, una y otra vez, en la sentencia que Genette expresa muy claramente en sus publicaciones dedicadas al paratexto: sin paratexto, el texto no existe. Un texto sin su paratexto es invisible porque no existe en el mundo editorial. De ahí la sempiterna insistencia del Grupo T&P en la indisoluble unión que existe siempre entre el texto y su(s) paratexto(s) correspondiente(s), magistralmente expresada por Gérard Genette en esta frase simbólica: «Et si le texte sans son paratexte est parfois comme un éléphant sans cornac, puissance infirme, le paratexte sans son texte est un cornac sans éléphant, parade inepte [Y si el texto sin paratexto es a veces como un elefante sin cornaca, potencia ineficaz, el paratexto sin su texto es como un cornaca sin elefante, necia ostentación]». Con la tan traída metáfora del elefante y su cornaca, el Grupo T&P tan sólo quiere insistir en la indisoluble ligazón que debe existir siempre entre texto y paratexto, entre traducción y paratraducción: un texto traducido sin su(s) correspondiente(s) paratexto(s) paratraducido(s) es como un elefante sin cornaca, es decir «potencia debilitada» porque por mucho que el texto haya sido brillantemente traducido, al no existir en el mundo editorial por carecer de producción paratextual traducida, nadie lo leerá; y un paratexto paratraducido sin su correspondiente texto traducido es como un cornaca sin elefante, es decir espectáculo fatuo que dura lo que dura la campaña publicitaria a bombo y platillo del libro, del DVD o del videojuego que se quiere vender pero que todavía no está listo porque no se ha terminado de traducir su texto. Si las traducciones son productos compuestos de textos (elefantes) y de paratextos (cornacas), olvidar alguno de los dos en los procesos de traducción supone arriesgar, y mucho, el éxito de los mismos. Podría suceder una de estas dos cosas: ¡que el elefante rompa con todo o que el cornaca haga el mayor de los ridículos! Traducción y paratraducción son siempre inseparables, de ahí que a la hora de unir las dos nociones para dar nombre al Grupo de Investigación de Referencia (TI4) de la Universidade de Vigo se haya empleado no la conjunción copulativa «y», sino el signo llamado et en español, esperluette en francés, ampersand en inglés: [&]. Esta grafía moderna del bigrama latino «et» no es propiamente hablando ni una «letra» del alfabeto, ni un signo de puntuación, sino todo un ideograma del trazado original de un lazo, de un nudo, de un dibujo de una cuerda que se anuda: una ligadura. En el Grupo T&P grafiamos el signo «&» para representar todo ese sentido simbólico de unión que deseamos que exista siempre entre la traducción y la paratraducción: TRADUCCIÓN & PARATRADUCCIÓN (T&P).

Al margen de la traducción, la noción de paratraducción abre nuevas perspectivas teóricas y profesionales para-traducir los márgenes de la traducción. Frente a todas las teorías de traducción que, hasta ahora, no han cesado de intensificar la importancia de un texto –el texto de partida– frente a otro –el texto de llegada–, la postura paratraductológica invita a considerar todo lo que los encuadra y los desborda con el fin de sopesar las exigencias socioculturales, políticas e ideológicas respectivas en un muy determinado tipo de transtextualidad: la paratextualidad.

Sí, por supuesto que siempre hay afinidad entre traducción y paratextualidad, porque traducir implica siempre no sólo ponerse al margen con respecto a la propia lengua y a la propia cultura de Uno presentes en el texto y los paratextos de partida para poder acoger las del Otro, sino también, crear un margen frente al texto y los paratextos de partida para que no impongan su total dominación en el texto y los paratextos de llegada.

El día a día de la paratraducción en la TIMS

En el ejercicio profesional de la Traducción e Interpretación en Medio Social (TIMS) la noción de paratraducción resulta ser la clave del éxito tanto para desvelar miradas ocultas por símbolos religiosos como para ayudar en todo el proceso de mediación entre el Uno (el personal funcionario que provee los Servicios Públicos de sanidad, educación y justicia) y el Otro (la persona migrante alófona). Desde la perspectiva de la paratraducción, pensar la mediación entre culturas bajo el paradigma de la traducción es practicar cada día la comunicación transcultural en los Servicios Públicos, aquella donde la identidad es concebida por parte del traductor_intérprete como un devenir mestizo en permanente construcción, aquella en la que traducir e interpretar entre el personal funcionario (el Uno) y la persona migrante alófona (el Otro), no es o el Uno o el Otro, sino el Uno y el Otro a la vez: el Uno no llegando a convertirse en el Otro, ni el Otro asimilándose al Uno.

Desvelando miradas
Interprétation-médiation
Traduire et interpréter le migrant

Bibliografía(s) actualizada(s)

Desde que fue creada durante el curso 2004-2005 en la Universidade de Vigo, la noción de paratraducción dentro del ámbito científico de los estudios de traducción está siendo motivo de reflexión teórica, herramienta de aplicación didáctica y metodología práctica en el ejercicio profesional de la traducción y la interpretación.
Para que el futuro alumnado del Doctorado T&P se haga una idea de los índices de impacto que tiene el nuevo término traductológico creado por el Grupo T&P, puede consultar a continuación las bibliografías actualizadas de:

  • Por una parte, todos los impactos alcanzados por la noción de «paratraducción» al aparecer citada en cada una de las 288 publicaciones científicas redactadas hasta en 17 lenguas (español, gallego, catalán, portugués, italiano, francés, inglés, alemán, chino, lituano, polaco, ruso, griego, turco, rumano, persa y árabe) por investigadores/as nacionales e internacionales que no pertenecen al Grupo T&P y que han sido recopiladas, hasta la fecha de la última actualización (21/12/2021 a las 21.21 h), en la publicación editada en 2022 y titulada Paratraducción: 16 años después. Bibliografía de los impactos científicos de la noción de paratraducción.
  • Por otra parte, en el documento PDF de 50 páginas que lleva por título Biblio_GRUPO_Paratrad. (Bibliografía de las publicaciones del Grupo de Investigación Traducción & Paratraducción [T&P]), se puede consultar y tener acceso a la mayoría de las 400 referencias bibliográficas de las publicaciones del Grupo T&P (17 libros; 66 capítulos de libro; 43 artículos, 16 tesis doctorales, 122 publicaciones audiovisuales y 136 entradas en Blogs de Investigación) editadas hasta la fecha de la última actualización: 8/12/2017.
    Biblio_GRUPO_Paratrad

José YUSTE FRÍAS
IP del Grupo T&P
Texto actualizado el 23 de julio de 2023